miércoles, 1 de abril de 2009

Ataques vandálicos en Sevilla contra el servicio de bicicletas públicas

El servicio público de alquiler de bicis, gestionado en concesión por la multinacional francesa JCDecaux y con más de 77.000 abonados en Sevilla, ha padecido varios ataques vandálicos desde que se inauguró en el verano de 2007 y ha sufrido desde entonces el robo de 80 vehículos. La posibilidad de instalar cámaras de vigilancia en las casi 200 estaciones de bicis que funcionan en la capital podría ser una solución para reducir los ataques nocturnos que no cesan y que cada vez inutilizan una mayor cantidad de vehículos.



Visto en: www.diariodesevilla.es

Las ciudades dan la espalda a la bicicleta

La bicicleta es, en nuestras ciudades, un medio de hacer deporte, no una alternativa real de transporte. Los parques, zonas verdes, y poco más, son los reductos en los que es posible pedalear sin poner en riesgo la integridad física. Pero es que además se da la paradoja de que muchos ciudadanos deben utilizar el automóvil para acercarse a esos espacios, entre otras razones porque se les prohíbe introducir su bicicleta en el autobús o en el metro. Un elemento clave es la dotación de carriles bici, en la que la escasez es la norma. Así lo ha constatado CONSUMER EROSKI en el estudio que ha realizado en 18 capitales de nuestro país. Dos de ellas no disponen de este tipo de vías, en otras tres el equipamiento es tan escaso que la proporción de habitantes por kilómetro de carril bici es superior a 50.000, y sólo en dos se halla por debajo de los 5.000 ciudadanos por kilómetro de carril bici. A ello se suman las carencias de aparcabicis y la anecdótica conexión con el transporte público. Por tanto, los datos muestran que, salvo contadas excepciones, las ciudades siguen dando la espalda a la bicicleta.

CONSUMER EROSKI ha comprobado hasta qué punto la bicicleta es un medio de transporte urbano. Por un lado, ha analizado 37 carriles bici y 11 servicios de alquiler público de préstamo de bicicletas en 18 ciudades del país: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza. Por otro lado, ha remitido a los ayuntamientos un cuestionario para conocer el equipamiento con el que cuentan para favorecer el uso de la bicicleta.

Los resultados muestran que la viabilidad del uso de la bicicleta como vehículo urbano se halla aún lejos de ser real. De hecho, la valoración global no pasa de un insatisfactorio 'regular'. Por ciudades, las capitales peor equipadas para desplazarse en bicicleta son Alicante y Oviedo, que suspendieron de manera rotunda el examen con un 'muy mal'. La razón: no disponen de bicicarriles ni de servicio de alquiler público de bicicletas. Murcia comparte esta nota porque tampoco cuenta con servicio de alquiler y porque su dotación de carriles bici es insuficiente. Algo similar ocurre en Málaga, Granada, Valencia y A Coruña, que suspendieron con un 'mal'. En el extremo opuesto, se encuentran Barcelona, Bilbao, Córdoba, San Sebastián, Sevilla y Vitoria que aprobaron con un 'bien'. Pamplona, Valladolid y Zaragoza recibieron un 'aceptable'; y Madrid y Santander no superaron el 'regular'.

El binomio ideal: ciudad y bicicleta
Para que la bicicleta sea una alternativa real de transporte urbano, las ciudades deben adaptarse a este vehículo. He aquí algunos de los requisitos básicos:

Una buena infraestructura en carriles bici. Importa la cantidad, pero también la calidad. Deben comunicar el mayor número posible de zonas de la ciudad (centro, barrios limítrofes y pequeñas localidades cercanas) y conservarse en un buen estado de mantenimiento. Además, estas zonas específicas para el paso de bicicletas deben estar correctamente señalizadas para garantizar la seguridad de ciclistas, peatones y conductores de vehículos.
Localización de aparca-bicis. La ubicación de estacionamientos de bicicletas es especialmente útil a lo largo de carriles bici, frente a polideportivos/zonas deportivas, centros educativos, espacios culturales e institucionales, estaciones de autobuses o tren y, en general, en la mayor parte de los puntos neurálgicos de la ciudad.
Conexión con el transporte urbano. Unión de los carriles bici con paradas o estaciones de transporte público así como la posibilidad de acceder y llevar consigo la bicicleta en el interior de estos medios de transporte urbano.
Una mayor oferta de alquiler municipal de bicicletas. Fomento de su uso entre residentes y turistas
Campañas de educación vial. Los destinatarios deben ser tanto los propios ciclistas como los conductores de automóviles y peatones, para que entre todos sean capaces de transformar la ciudad hacia un modelo sostenible y lograr un reparto respetuoso de la calle entre todos.


Estudio visto en: http://revista.consumer.es